La importancia de contar historias para crear tu propia marca

Imagínate una jornada así: te levantas junto a tu pareja, os dais los buenos días, te vas a trabajar, te cruzas con una vecina que te saluda con un gesto de la cabeza. En el Metro nadie habla, en el trabajo todos están en un silencio casi eterno que rompen para pedir un informe o comentar algún aspecto laboral. ¿Ves ya por dónde voy? Déjame que siga y te demuestre la importancia de contar historias.

En el bar donde comes habitualmente, la camarera te sirve el entrecot con una sonrisa y enseguida se marcha a otra mesa. Escuchas la radio al volver del trabajo, pero no hay música y los locutores se limitan a transmitir información. Llegas a casa y tu pareja te enumera lo que le ha sucedido durante el día, y tú respondes con otra retahíla infumable…

Imagínate el mismo día así: te levantas junto a tu pareja, ella te cuenta un sueño delirante en el que tu suegra remueve un cocido vestida de esmoquin mientras vosotros tomáis una copa de vino en una terraza con vistas a las cataratas del Niágara. La vecina te saluda y te comenta lo que chirrían los muelles del colchón de la nueva parejita del 2º A. En el Metro escuchas un diálogo de una hija con su madre, un tira y afloja por salir esa noche una hora más y disfrutar de su chico, que le remueve por dentro como nadie hasta entonces y que necesita verle o morirá de amor.

En el trabajo, tu compañero te cuenta una historia con su hijo, un Ford Focus y un apasionante rally de cinco kilómetros sorteando el tráfico para llegar a tiempo al colegio.

En la comida la camarera se queja del día que lleva, pero en plan gracioso, imitando voces de clientes. En la radio un locutor narra un fascinante relato sobre pandemias, nevadas de un metro de altura y volcanes en erupción, que seguramente ganaría la próxima edición de los Premios Nébula. Al llegar a casa tu pareja te cuenta los pormenores de su día con tantos detalles y tanto entusiasmo que tú no puedes evitar sacar una bolsa de palomitas.

¿Con qué versión del día te quedas?

La importancia de contar historias es tanta que convierte una jornada anodina en una fascinante aventura.

Los seres humanos estamos acostumbrados a que nos cuenten cuentos desde niños. Es una forma de comunicación grandiosa que genera emociones, empatía, cercanía, buen rollo…

Por eso, para comunicar una marca, lo mejor es hacerlo con historias. No es lo mismo vender una notaría diciendo que son los mejores en su trabajo, que dan un servicio de calidad y que tienen 50 años de experiencia, que contando una historia sobre la madre del primer socio de la empresa, que cada mañana madrugaba y les acercaba una cafetera y unos dulces para arrancar el día, y que seguramente la energía de ese café les ha permitido llegar hasta donde han llegado 50 años después.

Hay que crear una marca potente para que te recuerden, y eso se hace desde las historias, no desde las características del producto o servicio. Eso ya se lo comunicarás después, cuando hayas captado la atención del cliente. Con historias.

En Carmela contamos historias que mueven montañas y seducen a los consumidores. ¿Quieres comprobarlo?

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